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El proyecto Vacaciones Solidarias Internacionales de Voluntarios Telefónica finalizó con la satisfacción de haber cumplido con los objetivos planteados para la comunidad de Mocoa.
Del 31 de julio al 12 de agosto, 33 hombres y mujeres de 14 países vivieron en la capital de Putumayo, con el fin de aportar a la reconstrucción del tejido social y la educación de niños, niñas, jóvenes y padres de familia, demostrando así que la solidaridad no tiene fronteras.
Brasil, Venezuela, Colombia, Chile, Argentina, Perú, El Salvador, Panamá, Guatemala, Nicaragua, México, Alemania, España y Polonia fueron las naciones que enviaron a sus voluntarios a este lejano territorio colombiano. Una vez ahí, ellos decidieron donar tiempo de sus vacaciones anuales para ayudar a los mocoanos; aportándoles sus habilidades, conocimientos y valores culturales.
El foco de las acciones de los voluntarios durante su estadía fue la educación. Con el apoyo de la ONG Visión Social se convirtieron en formadores de nuestro proyecto Escuela TIC Familia de Fundación Telefónica, capacitando y certificando a más de 100 docentes, cuidadores, padres y madres de familia en el uso responsable de internet y las nuevas tecnologías, contribuyendo al cierre de la brecha digital presente en esta sociedad e impulsando el aprendizaje digital.
El equipo también intervino en la readecuación y embellecimiento de la institución educativa Simón Bolívar –sede Pepino- beneficiando a 400 niños, niñas y adolescentes, al entregarles un espacio renovado para estudiar y seguir soñando. Con el overol puesto, pintaron rejas, muros y acondicionaron los espacios de recreación y deporte.
Abriendo un espacio al intercambio cultural, los protagonistas montaron la Feria Internacional, un espacio de intercambio cultural en el que, por medio de coloridos y creativos stands, exhibieron lo más característico de sus países: bailes, tradiciones, gastronomía, lenguaje etc. La feria benefició a la comunidad ya que fomentó el aprendizaje, la universalidad y generó muchas sonrisas.
Cristopher, voluntario de Nicaragua, manifestó que “Es agradable compartir con ellos tiempo de calidad, jugar y divertirnos, escuchar y traer así esperanza desde nuestro servicio como voluntarios”.
El desbordamiento de los ríos Mulato, Sangoyaco y Mocoa, causante de la avalancha del pasado mes de abril, ocasionó a que muchas personas tuviesen pérdidas afectivas. En pro de ayudar a sanar estas heridas, los voluntarios y la comunidad realizaron murales alusivos a la convivencia, la paz y la sanación para que así pudiesen expresar sus sentimientos y lograran avanzar en su reparación.
En la última jornada predominó la alegría y la gratitud. Los mocoanos despidieron a los voluntarios que apoyaron a la comunidad y dedicaron tiempo a la capacitación en herramientas digitales a las familias en la región.
De vuelta en Bogotá, los voluntarios internacionales fueron recibidos por Tatiana García, Gerente de Programas Sociales. En la noche de despedida fueron acompañados por una danza típica colombiana y disfrutaron de una cena.
Fue muy significativa la transformación vivida tanto para los mocoanos como para los voluntarios, pues como lo dijo la argentina Paula Candeias “Pasaron rápido estas dos semanas, llenas de vivencias, emociones, aprendizaje, conocimiento del otro, aventura, diversión, trabajo y entrega. Me llevo más de lo que pude dar. Gracias a todos y cada uno por esta oportunidad. Fue un placer saber que somos muchos los que creemos en un mundo mejor”.

Las Vacaciones Solidarias Internacionales devolvieron la esperanza a Mocoa
Las Vacaciones Solidarias Internacionales devolvieron la esperanza a Mocoa