En Huila, donde las montañas separan veredas y el calor abriga hasta las ideas, la Fundación Telefónica Movistar ha dejado una huella profunda.

En Huila, donde las montañas separan veredas y el calor abriga hasta las ideas, la Fundación Telefónica Movistar ha dejado una huella profunda. En este departamento, más allá de las cifras, hay historias que nacen entre aulas rurales, pantallas encendidas y manos solidarias.
Durante los últimos años, la Fundación ha sido aliada clave de procesos que hoy transforman la educación en el territorio. Desde programas que empoderan a los docentes hasta jornadas de voluntariado que han sembrado esperanza, en el Huila se han marcado distintos hitos que dejan claro que la educación se puede vivir, enseñar y sentir de otra manera.
Cuando la tecnología llega de la mano de los docentes
“Queríamos ofrecer una formación que realmente llegara a todos los rincones del Huila. Y encontramos en ProFuturo una solución que se adaptaba perfectamente”, menciona Andrés.
Más del 60 % de los municipios presentan condiciones de difícil acceso y limitaciones de conectividad (DANE). Por eso, cualquier solución para los docentes debía ser flexible, de calidad y diseñada para llegar incluso a las zonas más apartadas. La respuesta vino de la mano de Andrés, quien propuso un modelo que ya conocía: el de ProFuturo.
Este programa, impulsado por Fundación Telefónica Movistar y Fundación «la Caixa», ofrecía exactamente lo que se buscaba: cursos virtuales, gratuitos, actualizados, diseñados para los retos del aula digital, y disponibles para cualquier docente del país, incluso en zonas apartadas.
“Invitar a los docentes a esta convocatoria superó nuestras expectativas. En el mes de febrero la lanzamos de manera conjunta con la Fundación Telefónica Movistar y la aceptación fue muy buena”, recuerda Andrés. Más del 20 % de los 5.500 docentes de planta se inscribieron.
“Ella invitaba a todos los docentes a ser parte de la comunidad porque realmente sabía la calidad del contenido”.
Hoy, Andrés no duda en hacer extensiva la invitación. “Yo les digo a docentes, Secretarías e Instituciones Educativas, que se vinculen. Hay más de 40 cursos, bien diseñados y alineados con lo que los profesores necesitan hoy”.
Tirso Rojas: un voluntario de oro y el corazón solidario de Telefónica en el Huila
Tirso es técnico en sistemas. Ingresó hace casi dos décadas a Colombia Telecomunicaciones —hoy Telefónica— como analista de redes, pero su verdadero impacto no se mide por sus funciones técnicas, sino por su entrega constante a la comunidad. Lleva 18 años como voluntario activo en Fundación Telefónica Movistar y más de 35 años como voluntario en Cruz Roja, tiempo en el que ha liderado y participado en actividades con niños, personas mayores y familias vulnerables de Neiva y municipios cercanos.
Lo reconocen por su servicio y su organización en actividades de voluntariado dentro de la Fundación, donde ha sido el alma de sancochos comunitarios, entregas de mercados, regalos y kits escolares, y jornadas solidarias que han marcado a cientos de personas. Para él, el voluntariado no es un acto esporádico, sino un compromiso profundo. “El voluntariado es de la sangre”, dice con firmeza. “Uno tiene que tener espíritu de servicio y hacer que lo que uno haga deje una huella. La gente necesita apoyo, y uno puede entregar cariño y amor desde la solidaridad”.
Desde hace más de una década, este líder ha sido testigo y protagonista de múltiples jornadas solidarias en el Huila. En 2013, Neiva recibió a un grupo de voluntarios internacionales que llegaron a Colombia como parte del programa Vacaciones Solidarias. Cedieron su tiempo de descanso para trabajar en la Comuna 10, implementando huertas comunitarias y promoviendo la seguridad alimentaria. Tirso fue parte de esa brigada que apostó por sembrar, literalmente, nuevas oportunidades.
Voluntaria Telefónica de Irlanda. Foto: La República.
Pero fue en 2018 cuando el voluntariado brilló con fuerza renovada. Bajo el sello de Vacaciones Solidarias Internacionales, y en alianza con Obra Social «la Caixa», los voluntarios —entre ellos Tirso— lideraron actividades formativas con el apoyo de ProFuturo. Niños, niñas y docentes aprendieron sobre nuevas tecnologías, exploraron plataformas educativas y descubrieron cómo el mundo digital podía integrarse a sus clases.
Una de las experiencias más memorables para Tirso fue “Todos con Mocoa”, un reto solidario nacional en el que Telefónica Colombia, a través de la Fundación Telefónica Movistar recaudaron más de 300 millones de pesos para apoyar a la Institución Educativa San Agustín, beneficiando a más de 786 niños y niñas afectados por la emergencia en esta región.
Hoy, ya pensionado, Tirso sigue convocando con su ejemplo: invita a las nuevas generaciones a sumarse al voluntariado con la certeza de que no hay mejor legado que el de servir. “Para ser un buen voluntario, hay que ser un buen servidor”, dice. Y lo dice no solo con palabras, sino con cada acción que ha dejado huella.
Voluntario internacional en la I.E. Rodrigo Lara Bonilla. Archivo 2018.
Los datos que impulsaron un profesional
Sergio Perdomo es estudiante de Ingeniería Civil y uno de los muchos jóvenes que han encontrado en los cursos gratuitos de Conecta Empleo una oportunidad para potenciar sus habilidades y avanzar en su formación profesional. Cuando llegó la etapa final de su carrera, decidió prepararse para el seminario de grado donde se abordaría la inteligencia de negocios. Así fue como se inscribió en el curso Introducción a Power BI.
“El curso superó todas mis expectativas”, recuerda. Aunque su experiencia previa en análisis de datos se limitaba al uso de Excel, fue capaz de aprender desde cero el funcionamiento de Power BI, una herramienta clave para la visualización de datos. “Lo que más me sorprendió fue pasar de gráficos estáticos a visualizaciones dinámicas que permiten filtrar y analizar la información en tiempo real” cuenta Sergio.
Gracias a esta formación, no solo logró un buen desempeño en su seminario, sino que cambió por completo su perspectiva frente al uso de la tecnología. “Ahora veo los datos como una herramienta poderosa para tomar decisiones y entender mejor los proyectos. Me siento más preparado para enfrentar retos en el ámbito académico y profesional”.
Con esta reflexión final, Sergio demuestra que aprender puede ser el primer paso para transformar oportunidades en realidades. Este estudiante ahora sueña con integrar modelos gráficos con herramientas de análisis de datos para transformar la gestión de proyectos de construcción. “Formarse siempre vale la pena. A veces subestimamos el impacto que puede tener un solo curso en nuestra manera de pensar, trabajar o incluso decidir. En mi caso, fue justo lo que necesitaba”.
Una huella que se multiplica
En el último año, más de 39.000 vidas fueron tocadas por el trabajo de la Fundación Telefónica Movistar en el Huila. 33.546 niños y niñas (más de 3.000 de forma directa) descubrieron nuevas formas de aprender, 1.337 docentes se fortalecieron con herramientas para transformar sus aulas, y 3.343 jóvenes dieron un paso hacia su futuro profesional. Detrás de cada cifra hay una historia, y detrás de cada historia, el compromiso de 13 voluntarios que con su tiempo y corazón hicieron posible que la tecnología llegara a quienes más lo necesitan.
Huila es ejemplo de que la tecnología ha abierto puertas y el voluntariado ha tocado corazones. Desde las aulas hasta las comunidades más vulnerables, el trabajo de la Fundación Telefónica Movistar demuestra que transformar la educación y la vida de las personas es posible cuando se unen el conocimiento, el compromiso y la solidaridad.
Estas tres historias son testimonio vivo de una causa que va más allá del deber: hoy y siempre respaldaremos los pasos hacia la transformación digital que abre oportunidades para todos.