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Talleres Esperanza se alza como una bandera de motivación en el panorama colombiano.

Bogotá, marzo de 2024. – En un contexto donde la inclusión social y laboral de personas con discapacidad intelectual enfrenta desafíos significativos, Talleres Esperanza se alza como una bandera de motivación en el panorama colombiano. Con más de cuatro décadas de trayectoria, esta organización sin ánimo de lucro se erige como un bastión de oportunidades y transformación para aquellos que enfrentan esta diversidad funcional.

Bajo el lema: «Alas para la Vida», Talleres Esperanza ha dejado una huella positiva en la vida de innumerables individuos, equipándolos con las herramientas esenciales para alcanzar su máximo potencial. En esta historia, exploraremos el universo de esta institución, sumergiéndonos en el camino hacia la inclusión y la independencia, enriquecido en parte por la colaboración de los voluntarios de Fundación Telefónica Movistar.

La #FuerzaV (Voluntarios Telefónica) se unió a la causa, embelleciendo las instalaciones de Talleres Esperanza y dejando una marca indeleble en el entorno que nutre y acoge a quienes buscan superarse.

Abriendo alas de esperanza

Desde hace 11 meses, Luz Eliana Mateus, directora de Talleres Esperanza, irradia una energía contagiosa. Con un bagaje en Educación Especial, Pedagogía Infantil y Psicología Clínica de la Salud y la Discapacidad de la Universidad de La Sabana, su liderazgo ha sido fundamental en la promoción de la formación y la inclusión familiar, ocupacional y social de las personas con discapacidad intelectual, que se forman como aprendices en esta corporación.

“Brindamos un acompañamiento psicosocial a los aprendices y sus familias, cultivando habilidades cognitivas como el manejo del dinero, el pensamiento lógico-matemático, la lectoescritura y conocimientos generales que les capaciten para desenvolverse en cualquier entorno social”, explica con pasión Eliana.

Esta corporación sostiene su misión desde su nacimiento en noviembre de 1982. Ligia Díaz y su esposo Hernando Gaitán, visionarios fundadores, detectaron la necesidad de una entidad de apoyo para personas con discapacidad intelectual, al recibir el diagnóstico de su hija menor. Pues emprendieron la búsqueda de una entidad que ofreciera ese acompañamiento, sin obtener éxito en el país. “Tuvieron una visión futurista para los jóvenes: que se capacitaran, aprendieran un oficio y así pudieran salir a ser útiles y ganar dinero”, fragmento extraído de la página oficial de Talleres Esperanza.

Además, este espacio no solo brinda formación, sino que también impulsa el trabajo. Desde la repostería hasta la cerámica, los aprendices no solo aprenden, sino que también comercializan sus creaciones, generando ingresos y administrando su propio dinero. “Buscamos otras oportunidades para nuestro futuro, tanto profesional como personal”, comparte con emoción una de las aprendices destacadas, Silvia Castro.

El impulso para su proyecto de vida

Silvia es Licenciada en Pedagogía Infantil e ingresó como aprendiz a Talleres Esperanza en 2016. Por su alegría, ganas de enseñar y sociabilidad, destaca en el lugar. Tiene el potencial de contagiar de felicidad a las personas que conversan con ella.

“He tenido una experiencia muy bonita aquí en Talleres Esperanza, en lo personal y profesional. Uno viene a talleres y cada día es nuevo, no sabemos qué va a ocurrir. Por lo que vengo a trabajar con distintas expectativas”, explica Silvia.

Pero Silvia no está sola en su transformación. Eddy Catán, aprendiz desde hace 30 años, ha emergido como un líder excepcional en la corporación. Además de su destreza en bolos, es famoso por sus deliciosas tortas de chocolate. “Talleres Esperanza se ha convertido prácticamente en mi familia. Aquí he vivido alegrías y tristezas, he participado en olimpiadas y celebraciones”, comparte Eddy.

La #FuerzaV en acción

Nuestro equipo de voluntarios se sumergió en una experiencia única en Talleres Esperanza, donde su labor trascendió más allá de la simple renovación de instalaciones. Durante toda una tarde, no solo se dedicaron a embellecer el entorno, sino que también se involucraron activamente en diversas actividades junto a los aprendices. Desde la cerámica hasta las artes, pasando por los tejidos y la cocina, nuestros voluntarios compartieron su tiempo y conocimientos con los aprendices. “Recibimos de los colaboradores de Telefónica insumos importantes para el mejoramiento no solo de nuestra casa, sino también de la parte informática de los aprendices”, expone Eliana Mateus, directora de Talleres Esperanza.

Sin embargo, lo más significativo de esta experiencia fue el intercambio humano que se generó. Nuestros voluntarios y los aprendices tuvieron la oportunidad de compartir historias de vida, experiencias y enseñanzas. Este encuentro no solo fortaleció los lazos comunitarios, sino que también fomentó un ambiente de inclusión, aceptación y respeto mutuo. La interacción entre voluntarios y aprendices en Talleres Esperanza demostró el poder transformador del diálogo intergeneracional y la empatía. Cada historia compartida, cada risa compartida y cada momento de aprendizaje reafirmó la importancia de la inclusión y el apoyo mutuo en nuestra sociedad.

El futuro de Talleres Esperanza

La historia de esta corporación continuará. Eliana tiene un objetivo claro desde su dirección. Con decisión, afirma los proyectos que tiene con sus aprendices y lo que puede hacer con el apoyo de los voluntarios de Fundación Telefónica Movistar. Una de sus proyecciones es que sus aprendices desarrollen más habilidades y conocimientos en las disciplinas de su interés.

“Apuntamos a lograr la inclusión laboral de manera formal o prácticas con empresas que se quieran aliar; incentivar a la casa hogar, para apoyarlos a ser independientes en formar su propia familia con vivienda y generar alianzas con universidades para una educación continua”, revela Eliana.

A lo largo de décadas, esta organización sin fines de lucro ha desafiado obstáculos y ha brindado oportunidades transformadoras a aquellos que enfrentan la discapacidad intelectual en Colombia.

Desde la inspiradora dirección de Luz Eliana Mateus hasta las historias conmovedoras de aprendices como Silvia y Eddy, Talleres Esperanza se erige como un testimonio viviente del potencial humano y la capacidad de superación. La colaboración entre la institución y los voluntarios de Fundación Telefónica Movistar resalta la importancia del compromiso comunitario en la construcción de un mundo más inclusivo.

Acerca de Fundación Telefónica Movistar

Fundación Telefónica Movistar es la entidad encargada de canalizar la acción social y del Grupo Telefónica. Su misión es potenciar el aprendizaje y multiplicar el conocimiento, conectando personas e instituciones para contribuir al desarrollo de individuos y las colectividades que construyen la sociedad del futuro.

Le apuestan a construir un mundo digital y solidario. Su misión consiste en hacer nuestro mundo más humano, impulsando el desarrollo digital inclusivo, a través de cuatro líneas estratégicas: Educación Digital (formación para docentes, estudiantes y padres de familia en apropiación y uso de las TIC, creatividad e innovación), Empleabilidad (desarrollo de habilidades digitales y de emprendimiento en jóvenes, adolescentes y adultos, para acercarlos a las profesiones del futuro), Conocimiento y Cultura Digital (Foros, exposiciones y publicaciones para acercar el conocimiento a través de la tecnología) y Acción Social y Voluntariado (vincular a colaboradores (as) en actividades sociales).

Desplegando Alas de Esperanza: Talleres que Transforman la Sociedad en Colombia
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