Conoce cinco herramientas digitales gratuitas que transforman la enseñanza y el aprendizaje de forma práctica, flexible y creativa.

Hay muchas formas de explicar un tema. Puedes usar una tiza en el tablero, dibujar en un papel o abrir una aplicación en el celular. Lo importante no es la herramienta, sino cómo la usas para conectar con quien está aprendiendo. Y ahí es donde entran estas herramientas digitales: no para “modernizar la educación” por moda, sino para hacerla más clara, flexible y viva.
Aquí te compartimos cinco plataformas gratuitas que pueden hacer una gran diferencia. No son mágicas, pero cuando se usan con intención, empatía y ganas de hacer las cosas mejor, sí transforman. ¡Comencemos!
1. Kahoot!
Imagina que estás en clase y de pronto suena una música pegajosa. Aparecen preguntas en la pantalla, los estudiantes ríen, discuten entre ellos cuál es la respuesta correcta, y alguien celebra como si hubiera ganado una medalla olímpica… por acertar una pregunta de historia.
Kahoot! es una de las mejores herramientas digitales educativas que convierte el repaso de temas en algo que se disfruta de verdad. Los docentes la usan para activar la memoria, motivar la participación y, sobre todo, para quitarle ese miedo a equivocarse que muchas veces frena a los estudiantes.
Puedes crear trivias con opciones múltiples, usar imágenes, sumar puntos por velocidad, o incluso dejar que el grupo diseñe sus propias preguntas (lo cual, por cierto, es una forma excelente de verificar comprensión).
¿Y sabes qué es lo mejor? No necesitas ser el más tech de todos los tiempos. La plataforma es amigable, intuitiva y gratuita. En minutos puedes tener tu primer Kahoot! listo para compartir y ver cómo tu clase cambia de ritmo.
¿Por qué funciona tan bien Kahoot!?
Porque pone a los estudiantes en modo juego sin dejar de aprender. Además, democratiza la participación, pues hasta los más tímidos levantan la mano (o el celular) cuando la pregunta aparece en pantalla. No hay juicio ni presión, solo ganas de sumar puntos y mejorar en cada ronda.
¿La recomendación? Prueba con uno sencillo, escucha las reacciones y ajusta según lo que funcione mejor en tu grupo. Porque como toda buena herramienta digital, no está hecha para impresionar, sino para conectar.
2. Google Classroom
Hay algo que no se dice mucho pero que todos vivimos y es que la sobrecarga digital agota. Un mensaje por WhatsApp, otro por correo, una foto en Drive, un archivo suelto… y cuando el estudiante por fin encuentra la tarea, ya pasaron dos días y la motivación quedó en el camino.
Google Classroom viene a poner orden en ese desorden. Es como tener un salón de clase digital donde todo está organizado: las tareas, los materiales, los avisos, los comentarios, las fechas importantes, todo.
Esta es una de las herramientas digitales para el aprendizaje que no exige grandes conocimientos técnicos. Solo necesitas una cuenta de Gmail (que casi todos ya tienen) y la decisión de querer organizarte. Desde ahí puedes crear una clase, invitar a tus estudiantes, subir contenido, hacer preguntas, poner calificaciones, y dar retroalimentación… sin abrir diez aplicaciones distintas.
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¿Por qué Google Classroom se vuelve imprescindible?
Porque es un espacio donde docentes y estudiantes saben dónde se puede hacer seguimiento sin sentirse perdidos. Es especialmente útil para quienes manejan varios grupos o grados. Todo queda archivado, accesible y ordenado por fechas, por temas o por tipo de tarea. Eso también da tranquilidad a las familias, que pueden acompañar sin tener que preguntar todos los días “¿ya hiciste lo que te mandaron?”.
Así mismo, fomenta la autonomía del estudiante. Cuando se sabe qué hacer y cuándo, se aprende a gestionar el tiempo y asumir responsabilidades. Y eso, aunque no se note tanto como una nota alta, vale mucho más a largo plazo.
3. Genially
Hay contenidos que lo piden a gritos: una presentación con vida, una historia que se despliega con clics, una línea de tiempo donde no solo se lee, sino que se descubre. Ahí es donde Genially se convierte en una herramienta digital poderosa, simple y divertida.
Con Genially no hace falta tener conocimientos en diseño ni pelear con programas complicados. Entras, eliges una plantilla (hay de todo tipo: juegos, infografías, mapas interactivos, presentaciones animadas), y empiezas a armar como si fuera una maqueta digital.
¿Qué tiene Genially que tanto gusta?
Es una forma distinta de explicar lo de siempre; en lugar de hacer una exposición con diapositivas planas, puedes mostrar un mapa donde cada país tiene su dato escondido o un juego de pistas donde el estudiante va avanzando por clics.
Es visual, es intuitivo y, lo mejor de todo, es participativo. Los estudiantes no solo lo consumen, también pueden crear sus propios recursos. Y ahí está la magia, cuando el que aprende también se convierte en autor de lo que explica.
4. Padlet
¿Nunca te ha pasado que tienes algo buenísimo que decir, pero no sabes cuándo meterlo en la conversación de clase? O peor: lo dices, pero nadie lo anota y al día siguiente se perdió para siempre. Bueno, Padlet es como ese cuaderno que no se pierde, pero mucho más divertido.
Es un muro en línea donde todos pueden dejar su huella, escribir algo, subir una foto, pegar un video, compartir un link, o dejar una nota de voz. Todo queda a la vista, como un tablero digital que crece con cada aporte. Para esta herramienta, no se necesita saber programar, ni descargar nada raro. Solo se necesita tener algo que decir… o ganas de ver lo que los demás están pensando.
¿Y qué tiene de especial?
Que no hay reglas rígidas ni respuestas únicas; cada quien participa como puede, cuando puede, desde donde esté. El valor está en lo que se construye en conjunto: una tormenta de ideas, un collage de pensamientos, un cadáver exquisito, o una conversación entre todos para aprender mejor. Por estas razones, Padlet es perfecto para:
- Actividades creativas.
- Ejercicios de reflexión.
- Proyectos grupales.
- Preguntas incómodas que nadie se atreve a decir en voz alta (¡pero que todos sienten!)
5. ChatGPT
Hay momentos en los que necesitas inspiración. Como docente, puede ser al planear una clase. Como estudiante, al mirar una tarea que no sabes ni cómo arrancar. Ahí es donde ChatGPT hace su aporte, pues no te da la solución perfecta, pero te ayuda a pensar mejor, a explorar opciones y a romper el hielo mental.
Funciona como un asistente con el que puedes conversar por texto: le haces una pregunta, le das un reto, o simplemente le cuentas lo que estás buscando. Y lo interesante es que te responde con ideas que puedes ajustar, mejorar o transformar en algo tuyo.
Enseñar y aprender mejor es más fácil cuando hay un apoyo
Quienes están al frente de un grupo lo usan para darle un giro a sus clases. Puede ser al buscar maneras más creativas de presentar un tema, reformular instrucciones que no quedaron tan claras, o encontrar ejemplos más cercanos a la realidad de sus estudiantes.
Y los estudiantes de distintos niveles lo usan como una herramienta de exploración y refuerzo. Lo consultan cuando un tema se siente confuso, cuando quieren repasar de otra forma, o cuando buscan maneras distintas de expresar lo que saben.
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Enseñar y aprender puede ser más fácil con herramientas digitales
A veces solo se necesita la herramienta correcta para que una clase fluya, una idea tome forma o una tarea deje de parecer imposible. En Fundación Telefónica Movistar creemos en eso: en una educación con más conexión y muchas ganas de hacerlo mejor. Si algo de este top te dio una idea nueva… ya empezaste a innovar.